La palabra Tuning proviene del idioma inglés (ajuste / sintonía) y se la utiliza para definir la acción de modificar componentes mecánicos y/o electrónicos en la ingeniería motriz.
Ahora bien, el Tuning a pasado de ser un hobby automovilístico para ser considerados por muchos como el ‘arte’ de mejorar el estado original de un automóvil a través del uso de partes mecánicas y accesorios en general, para así, obtener mayores prestaciones y mejor rendimiento que el motor original produce.
El Tuning como ‘pasatiempo’ no es una fiebre masiva, sino una tendencia popular que propagó a nivel mundial desde la invención misma del automóvil. Es fácil presumir que, con la invención del carro, nació la pasión misma por la velocidad y la única manera de lograr más velocidad es modificando los componentes que la producen.
La cuna del Tuning ha sido Europa (principalmente en Alemania, Italia y Gran Bretaña) pero desde hace unos cuantos años, japoneses y estadounidenses se han puesto en la cabeza de esta afición. Una gran cantidad de revistas, publicaciones, páginas web y otros medios de comunicación masiva, han logrado que el tuning logre alcance mundial.
En resumen: se llama Tuning las modificaciones aplicadas a los autos para desempeño y rendimiento que originalmente poseen de fábrica en todos sus aspectos: aerodinámica, diseño, estética, sonido, etc. Todo esto, sin olvidar la parte estética ya que un carro ‘tuneado’ se vuelve único, y en eso va el toque personal que la imaginación de cada usuario (y el bolsillo) le permita.
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